En mi estancia en el Puerto de la Cruz de la isla de Tenerife me gustaba mirar les envites del mar sobre las rocas. Es muy relajante a parte de mirar, oler el aroma de las algas y la sal, sentir la humedad sobre la piel, concentrar el oído en el estruendo del oleaje y aislarse del mundo exterior , a pesar de estar rodeada de gente. |
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